Deja que el corazón fluya libremente, déjate llevar por el fluir de la vida, acepta tus circunstancias, hazte responsable de ellas, es decir reconoce que tienes la habilidad de responder a ellas adecuadamente y no hagas nada más. Se bueno, haz el bien, y ve respondiendo de corazón y con total honestidad a la vida según caminas por ella. Tienes la habilidad inherente para hacerlo.