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La vida que vivimos se experimenta en cachitos de un día, cada día. A cierta hora nos vamos a dormir y dejamos de estar a cargo. De hecho, la mejor noche es aquella en la que desaparecemos en un profundo sueño y reaparecemos al día siguiente frescos como una lechuga. Mientras más intervenga nuestro “yo” durante el sueño, peor dormimos.

El “yo” con el que nos identificamos aparece cada mañana y tiene 16 horas para vivir antes de desaparecer en la oscuridad del sueño profundo al finalizar el día.

dsc_0329Cada mañana al despertarnos, en realidad nos despertamos a nuestras memorias, a lo  que nos decimos a nosotros mismos de nosotros mismos, al recuerdo que tenemos de las circunstancias en las que vivimos, al recuerdo que tenemos de las personas que forman parte de nuestra vida. Desde esas memorias y patrones que son la base de nuestro comportamiento nos enfrentamos a las únicas 16 horas que tenemos para vivir, pues la ya vividas son solo memorias en nuestra mente que además no existen en ninguna otra mente, cada persona nos levantamos a memorias diferentes, a recuerdos diferentes, a anhelos diferentes. Nadie conoce nuestro “saco de memorias” y no conocemos el de nadie. Nacemos solos, de la misma manera que nos despertamos por las mañanas, a una experiencia individual y subjetiva de la existencia, y así, vivimos cada día solos ese saco de memorias e identificaciones solos, hasta que un día es ya el último día y morimos solos. Y en 150 años desde hoy ni tu familia sabra de ti, como un to no sabes nada hoy de tu familia directa en el año 1866, hace 150 años. Pensamos que somos algo, y lo único que es es el día que tenemos para vivir hoy.

dsc_0357Delante de nosotros tenemos el día que tenemos para vivir. Son solo 16 horas. Da igual cuales sean tus circunstancias, y aún más igual da cuál es tu interpretación particular y visión que tienes de tus circunstancias. Solo tienes las próximas 16 horas para resolver lo que el día te trae antes de desaparecer de nuevo al llegar la noche.

Lo que se despertara mañana, será otro saco de memorias, de un día para otro parece lo mismo, como a los bebes no los vemos cambiar, pero vete 10 años atrás, o 15 años atrás y recuerda como te despertabas, que te decias a ti mismo de ti mismo, a ti mismo de la vida, cuáles eran los recuerdos de tus circunstancias aquellos días, que personas estaban en tu memoria, con cuales hablabas en tu mente durante la chachara mental que se activa cada mañana, y veras lo mucho que ha cambiado.

pruebacolorSolo durante estas 16 horas que tienes delante puedes hacer algo por tu vida, por tus anhelos, por tu bienestar, pues ayer solo son memorias y ya no se pueden cambiar, y en todo caso esas memorias las conoces tú, y le importan a los demás los mismo que te importan a ti las memorias a las que se despiertan los demás. Bien poco. Así pues que empezamos el día quitándole importancia a este saco de memorias al que damos tanta importancia y le damos importancia al único día en el que podemos hacer algo por nuestras vidas.

Durante el día que tiene delante solo tienes tres cosas que son relevantes para ti, lo que haces, lo que pienses y lo que sientes.

Las acciones

La persona se resuelve actuando. El bombero apagando fuegos, el medico operando, el barrendero barriendo y así sucesivamente. Solo son 16 horas de acción. Cada mañana comprométete contigo mismo en darte por entero en cada acción que hagas, en dar lo mejor de ti mismo hasta en las patatas que peles para hacer la cena. Las tienes que pelar de todas maneras, que otra cosa mejor puedes hacer.

Los pensamientos

Durante las próximas 16 horas también vas a estar pensando, los pensamientos, el “piki-piki” mental te va a acompañar durante todo el día, durante las 16 horas que tienes para vivir. Este dialogo mental muchas veces se parece a cualquier programa de “Salvame Deluxe”. Pensamientos llenos de quejas y conversaciones mentales inventadas con los personajes que forman parte de la memoria que tenemos de nuestras circunstancias. Si pensamos en temas familiares nos podemos ver hablando mentalmente con nuestra madre, esposa o hija. Si pensamos en temas del trabajo estaremos hablando mentalmente con nuestro jefe o compañero o cliente etc.. Comprometete contigo mismo a dedicar tu pensamiento a compreneder cada minuto que tienes para vivir, pues el resto solo existe en tu mente y solo sirve para marearte y hacerte sufrir.

Los sentimientos

Por último tenemos lo que sentimos, durante esas 16 horas nos estamos sintiendo. Alegres, frustrados, desganados, tristes, ansiosos, con miedo, pero nos sentimos de alguna manera. Centra tu atención en el corazón, el corazón de toda persona es naturalmente bondadoso y tiene “buenos sentimientos”, no te dejes llevar por las emociones que ciertos pensamientos de la mente te provocan, si piensas que vas a perder el trabajo, sentiras miedo.. pero ¿te han despedido?, no, entonces, hoy vive tu día. Lo que tenga que venir ya llegara, hoy solo te llega lo que el día de hoy te trae.

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Son las únicas áreas en las que puedes actuar para mejorar tu vida (acciones, pensamientos y sentimientos) y solo tienes 16 horas para hacerlo, así pues que lo que hacemos cada mañana al empezar nuestro día para que nos ayude a enfrentar lo que el día trae de la mejor manera es darle buenos días al día, celebrarlo, y quitarle importancia al pequeño yo que es ese saco de memorias e identificaciones al que nos despertamos y que a nadie importa más que a ti.

dsc_0315Desde que empecemos a tomar consciencia de nuestras memorias, cuando nos despertamos cada mañana, dite a ti mismo: Lo importante no son mis memorias, sino el día que tengo para vivir. Deja que tu mirada se deje llevar para ver la belleza, todo el mundo está rodeado de belleza, solo hay que fijarse, darse cuenta. Puede ser el tacto del agua caliente de la ducha con la piel, puede ser la luz de la mañana, puede ser el gorgoteo de un bebe, solamente tienes que mirar cada mañana desde los ojos del corazón.

Desde el mismo momento en que te levantes, y mientras te duchas y te vistes preparándote para empezar el día, no te dejes llevar por las conversaciones mentales con las personas que forman parte de la memoria de tus circunstancias, si te ves hablando con tu madre por ejemplo mientras te duchas, habla contigo mismo, preguntate a ti mismo que te pasa con tu madre, y vuelve a llevar la atención a la ducha, al sentir del agua caliente.

amar y ser amadoDesde que te levantes dale buenos días al día que tienes para vivir, y encomiéndate a hacer lo mejor de este día que tienes delante. No puedes hacer otra cosa por tu vida en realidad, no intentes vivir hoy lo que toca mañana. Olvídate del resultado, los resultados vienen solos, y cuando lleguen, los que lleguen, será en un nuevo día que comienza, que vivirás y enfrentarás como un león, no como un ratón, pero cuando lleguen y si llegan. Muchas veces vivimos temiendo cosas que nunca llegan a ocurrir. Hoy estás delante de tus resultados, el día de hoy es el resultado de todos tus días anteriores, y es en ese resultado donde te resuelves, mañana será otro día.

Cada día trae sus disgustos, así pues, que hoy lidia con los de hoy que mañana ya traerá los suyos, parafraseando el evangelio de San Mateo.

Desde que te levantas dile Buenos días al día, quita tu atención de ese saco de memorias, quejas y críticas y ponlo en lo que hoy tienes para vivir, en el día en el cual puedes hacer algo por tu saco de memorias, cualquiera que sea la realidad que tiene, pues las memorias, memorias son, y no se pueden cambiar.

Lo único que puedes cambiar es lo que puedas cambiar hoy. Haz hoy lo que hoy tengas que hacer lo mejor posible y deja el mañana para mañana. Vive el día que tienes para vivir.

Una vez que te has duchado y vestido en este modo mental del buenos días día anteriormente descrito, y antes de desayunar: siéntate unos minutos.

Cierra los ojos, pon tu atención en percibir el roce del aire al entrar y salir en las fosas de la nariz, siente el frescor del aire al entrar, siente las sensaciones que llegan desde tu cuerpo, pon tu atención en el corazón, el corazón de toda persona es naturalmente bondadoso, mantén tu atención ligeramente en sentir el aire al entrar y salir en las fosas de la nariz y deja a tu mente correr libremente. No te pares en ningún pensamiento, déjalos aparecer y desaparecer por si solos, y quédate así, quieto, contigo mismo, unos minutos, dos o tres, antes de comenzar tu día. Al finalizar repítete mentalmente una afirmación positiva con los verbos ser y estar y en el presente, por ejemplo: “Estoy en paz y desde esta paz vivo el día que tengo delante”. Repítelo mentalmente tres veces, oyendo el sonido de tu voz dentro de tu cabeza cuando repite mentalmente la afirmación y siente lo que sientes al escuchar tu voz mental repetir la afirmación. Repítela tres veces, repítela despacio, al terminar abre los ojos lentamente y levántate despacio, a partir de ahí desayunas y empiezas tu día. Tu día cambiara progresivamente a mejor si haces esto cada día.

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